Alta Costura (Haute Couture en francés) o Alta Moda (en italiano) se refiere a la creación de ropa a la medida de cada cliente. Se trata generalmente de atuendos fabricados con tela de alta calidad y precios elevados, cosida con atención al detalle y a su acabado. En ocasiones puede considerarse también como un tipo de arte fino, a la misma altura que la escultura, la pintura, la música, etc.
Originalmente el término hacía referencia al trabajo que Charles Frederick Worth producía en París a mediados del siglo XIX. En la Francia moderna haute couture es un nombre protegido que puede usarse solamente por firmas que cumplan ciertos estándares muy bien definidos. Sin embargo, el término se usa informalmente para describir a las demás marcas de moda que fabrican ropa a la medida del cliente, sin importar que no se produzcan en París, como es el caso de las marcas que tienen sede en Milán, Londres, Roma, Nueva York y Tokio.
Historia
El liderazgo de Francia sobre la moda europea quizá data del siglo XVIII, cuando el arte, la arquitectura, la música y moda de la corte francesa en el Palacio de Versalles era imitada en toda Europa. Las personas que visitaban París se llevaban consigo ropa parisina que era copiada por costureros locales. Las mujeres extranjeras también solían ordenar muñecas vestidas con lo último de la moda parisina que usaban como modelos.
Cuando el tren y el barco de vapor hicieron más sencillo desplazarse por Europa, cada vez fue más común para las mujeres adineradas el viajar a París para comprar ropa y accesorios. Los costureros franceses fueron considerados entonces como los mejores en Europa y la ropa proveniente de París era considerada mejor que las imitaciones locales.
El couturier (costurero) Charles Frederick Worth, es considerado el padre de lo que hoy se conoce como alta costura. Aunque nació en Bourne, Lincolnshire, Inglaterra, Worth dejó su huella en la industria de la moda francesa al revolucionar el cómo era vista la industria del vestido. Worth convirtió a la industria en moda, creando la figura del diseñador de moda.
Aunque Worth creó diseños únicos para complacer a sus clientes adinerados, es mejor conocido por preparar un portafolio de diseños que eran mostrados en vivo por modelos en la Casa de Worth. Los clientes seleccionaban un modelo, especificaban el color y la tela, y obtenían una copia fabricada en el taller de Worth. Charles Worth combinó la costura a la medida con técnicas de fabricación de ropa lista para usarse, que también estaba siendo desarrollada en esa época.
Siguiendo los pasos de Worth estuvieron Callot Soeurs, Patou, Poiret, Vionnet, Fortuny, Lanvin, Chanel, Mainbocher, Schiaparelli, Balenciaga y Dior. Algunas de estas casas de moda aún existen bajo la dirección de diseñadores modernos.
En los años 1960s un grupo de jóvenes diseñadores, aprendices de couturiers como Dior o Balenciaga, dejaron las casas de moda para las que trabajaban y abrieron sus propios establecimientos. Los más exitosos de esos jóvenes diseñadores fueron Yves Saint Laurent, Pierre Cardin, André Courrèges y Emanuel Ungaro. Hanae Mori, un japonés que radicara en París también tuvo éxito al establecer su propia línea. Lacroix es quizás la casa de moda más exitosa de entre las que abrieron a finales del siglo XX. Otras casas nuevas son las de Jean-Paul Gaultier y Thierry Mugler.
Para todas estas casa de moda la ropa hecha a la medida ha dejado de ser su fuente principal de ingresos, pero mantener una colección de alta costura les ayuda al aumentar el prestigio de la marca y las ventas de sus líneas de ropa lista para usarse, zapatos o perfumes que generan más ganancias en relación con la inversión realizada. De hecho, muchos de los diseños mostrados en los desfiles de moda de alta costura raramente se venden. Por esta razón algunas casas se han visto forzadas a abandonar sus divisiones de alta costura, que generaban pocos ingresos, para concentrarse en sus líneas de poco prestigio de ropa lista para usarse que genera mayores ganancias. Dichas casas, como la del diseñador italiano Roberto Capucci, que tienen su taller en Italia ya no son consideradas como haute couture.
En los años 1960s ocurrió un revuelo en contra de los estándares de la moda por artistas de rock y hippies, así como una internacionalización de la moda. Los viajes en avión permitieron que la gente pudiera comprar ropa de la misma forma tanto en Nueva York como en París. Las mujeres ricas dejaron de sentir que la moda de París era necesariamente mejor que la de otras partes. Así que aunque París aún sea importante en el mundo de la moda, ya no es el único arbitro de la moda.
Alta costura de Chanel
Alta costura de Frederick worth
Alta costura de Jean Paul Gaultier y Valentino
Alta costura de Thierry Mugler
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