domingo, 30 de octubre de 2011

La Primera Modista

Definicion de Modisto
Se denomina modisto a la persona que tiene por profesión el diseño y confección de prendas de vestir femeninas como vestidos, blusas, abrigos, etc.
También se denomina diseñador de moda.
El modisto acuerda con su cliente el tipo de ropa que va a confeccionar concretando los detalles de la misma referidos a formas, colores, material, acabados, etc. Seguidamente toma medidas de diferentes partes de su cuerpo para establecer las dimensiones que adoptarán las prendas.

Los modistos también diseñan periódicamente colecciones de propia creación de prendas que se confeccionarán en serie. En tal caso, realizará el escalado de los patrones para obtener las tallas que se deseen partiendo de una talla base. Cada temporada presentan sus colecciones en pasarelas de moda a las que asisten sus principales clientes así como medios de comunicación especializados.
Entre las aptitudes necesaria para ejercer el oficio de diseñador de modas figuran la creatividad y el sentido de la estética. El modisto debe conocer en profundidad los materiales textiles que existen, sus propiedades, características, aplicaciones, capacidad de transformación y terminaciones. Además, debe conocer los complementos que puden combinar con las prendas tales como bolsos, zapatos o joyas para ofrecer en la colección una armonía de conjunto. El diseñador obtiene su inspiración en ferias profesionales, certámenes o revistas de moda tanto en lo que se refiere a los avances en materia de moda, como en la tecnología de diseño y confección relacionada con la misma.

La Primera Modista reconocida como tal
Marie-Jeanne Bertin, conocida como Rose Bertin, vio cómo su carrera de sombrerera y modista (“marchande de modes”) se disparaba cuando María Antonieta, la joven reina de Francia, la convirtió en su “Ministra de la moda”. Junto a la soberana, esta costurera tendría una gran influencia en la moda de su época e implantaría las bases de la alta costura.
Bertin fue aprendiz de modista a muy temprana edad, a los 15 años llega a París. Abrió su propia tienda de ropa - Le Grand Mogol- en 1770 y rápidamente encontró clientas entre las influyentes damas de la nobleza, incluyendo a la Luisa, duquesa de Chartres, que también patrocinó en Versalles a la pintora Élisabeth Vigée-Lebrun, que se encapricho con sus diseños. Encargada por Luís XVI de organizar los placeres de la Corte, María Antonieta se apasionó especialmente por la moda. Para garantizar el éxito de sus apariciones públicas, la reina no dudaba en recibir a la plebeya Rose Bertin a solas para recibir sus consejos estéticos, aunque ello significase transgredir las normas de etiqueta.
Así pues, Rose Bertin influenció la moda de su época lanzando sin cesar nuevas tendencias, como el Gran Vestido de Corte (“Grand Habit de Cour”), los tocados altos o los vestidos campestres de muselina con que María Antonieta se vestía en Trianón. Todo ello hizo que muy pronto se la considerase la “Ministra de la moda”.
Amiga íntima de la reina, su posición le permitió convertirse rápidamente en la primera sombrerera y modista del reino y amasar una considerable fortuna. Entre sus clientes se encontraban la familia real, la retratista Elisabeth Vigée-Le Brun, el Marqués de Lafayette e incluso algunas reinas extranjeras. Sin embargo, en vísperas de la Revolución, mientras el pueblo moría de hambre, numerosos panfletos denunciaban a Rose Bertin como una “fabricante de lujo corrompida y corruptora”.
En los primeros días de la Revolución, los modistas se inspiraron en los acontecimientos para confeccionar nuevas colecciones como las ligas “a la Mirabeau”, o los sombreros “a la Desmoulins”. Reticente, Rose Bertin rechazó crear vestidos “a la igualdad” o las pañoletas “a la constitución”, y tan sólo sacó algunas escarapelas. Por otra parte, tras el encarcelamiento de la familia real, la modista continuó entregando prendas a María Antonieta, aunque más modestas. Las últimas prendas que llevó la reina, durante su traslado a la Conserjería, las había realizado “Le Grand Mogol”, el establecimiento parisino de Rose Bertin.
Tras la ejecución de María Antonieta, Rose Bertin se exilió a Londres para escapar al Terror y no volvió a Francia hasta febrero de 1795. Pero la Revolución arrasó su fama y transformó la moda: sus artículos, representativos de los abusos de la monarquía, eran rechazados. Rose Bertin cayó en el olvido hasta su muerte, el 22 de septiembre de 1813.



La denominada ministra de la moda, la primera modista creadora de la moda del Siglo XVIII

Bibliografía

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